Anécdotas flamencas de la Sala Caracol

La Sala Caracol fue el refugio para los flamencos en los primeros años de los años 90, y aunque su historia fue breve, lo que sucedió allí fue un carrusel de anécdotas divertidas, emocionantes y sorprendentes.

Ya tenemos confirmados alrededor de 40 apasionantes conciertos confirmados (y más sorpresas) que se repartirán en diferentes localizaciones siendo nuestro campo base Sala Villanos, el nuevo espacio diseñado para albergar los sonidos más vanguardistas y los artistas más atrevidos.

La matriarca Lola Flores

El marido de una de las socias de Sala Caracol era Antonio Carmona, que acaba de grabar el primer disco con Rosario Flores y la animó para que visitara la sala con su madre. Lola llegó con un séquito interminable y se enamoró de Caracol. Aunque ya sufría problemas de salud se convirtió en una incondicional, “¡Venga, niña, vámonos a Caracol!”, se convirtió en una frase que repetía a sus allegados cuando quería salir de su residencia en la Moraleja. Todo su clan le acompañaba,  Juanito Díaz “El Golosina”, su secretaria Carmen Mateo, Lolita, Guillermo Furiase, Antonio y Rosario. Se sentía tan cómoda que entraba en la oficina y cogía ella el teléfono. ¡Le encantaba! “¿Sala Caracol, dígame?” Incluso Guillermo, su y cogía ella el teléfono. ¡Le encantaba! “¿Sala Caracol, dígame?” Incluso Guillermo, su nieto, celebró su bautizo en la Caracol.

La Realeza y el pueblo en un mismo espacio

Otro de los éxitos de la Sala Caracol era la mezcla de gentes que reunía. Había gente de la sociedad más chic, de la cultura, la moda, los considerados como modernos y representantes de la Movida como García-Alix, el Hortelano, Ceesepe, y el clan Almodóvar entero. Artistas flamencos como Paco de Lucía o Joaquín Cortés, que como Sara Baras actuó cuando nadie le conocía. Tampoco faltó a su cita con este emblemático espacio el actual rey Felipe, Isabel Sartorius, Guillermo de Holanda, Alfonso Martínez de Irujo, Jesús Polanco, y los mayores representantes del poder político y económico del país.

La mejor fiesta de la sala en el baño de señoras

Por aquel entonces las gitanas no podían fumar delante de los hombres, por eso iban al baño, y allí era donde al final se liaban las mayores juergas. Si eras mujer y querías disfrutar de una diversión sin filtros ni miradas machistas inquisidoras tenías que ir al baño. Allí se soltaban ellas, y se formaban las juegas más grandes. Un baño enorme que incluía un sofá para que las mujeres pasaran cómodas y relajadas todo el tiempo que necesitaran.

Y llegó Chavela

Aunque Sala Caracol era una sala dedicada casi en su totalidad al flamenco, una de las dueñas se las apañó para traer a una de las referentes de la cultura popular mexicana: Chavela Vargas. Aunque le consiguieron los billetes de avión gracias a un primo que trabajaba en Iberia y le alojaron en la Residencia de Estudiantes, el caché de Chavela era muy alto y para no perder dinero las dueñas tuvieron que hablar con Pedro Almodóvar para que les ayudara a conseguir un llenazo asegurado. En principio Chavela venía para tres días de mayo de 1993, pero fue tal el reventón incluso con la entrada más alta, que tuvieron que ampliar otros tres días más. No faltó nadie, entre ellos Pedro Almodóvar y su troupe con Victoria Abril, Marisa Paredes, Rossy de Palma, Bibiana Fernández y otros personajes destacados como Elena Benarroch o Joaquín Sabina.

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